Pensemos en el trabajo que hace nuestro cerebro cuando vamos a la tienda de la esquina a comprar un producto. A cada paso que damos, tenemos que utilizar la visualización en 3D para navegar por el espacio y asegurarnos de no chocar con otras personas u objetos. La tarea se vuelve aún más complicada cuando conducimos un coche. Las cosas se mueven más rápido y tenemos que utilizar la visión predictiva para determinar dónde pueden estar los demás usuarios de la carretera en un momento dado.
Usamos el razonamiento visual y espacial a los pocos días de nacer. Nuestra corteza visual empieza a adaptarse a la luz inmediatamente después del nacimiento y, en cuestión de semanas, somos capaces de separar los rostros de nuestros padres de la multitud de colores y formas que nos rodean. En esta etapa, nada nos fascina más que el rostro de nuestra madre. Después, a medida que nos hacemos mayores, jugamos a muchos juegos para desarrollar nuestro sentido visual. Por ejemplo, cuando intentamos completar un rompecabezas, tenemos que averiguar cómo juntar las piezas para recrear la imagen del frente de la caja. La forma en que encajan las distintas formas perfecciona nuestra capacidad de razonar, deducir, analizar y resolver problemas.
Conciencia espacial
El pensamiento visual y espacial es, por supuesto, importante para la memoria (pensemos en cómo los taxistas se abren paso por la maraña de calles de la ciudad), pero también es una habilidad vital en muchas otras profesiones. Cualquier línea de trabajo que implique un diseño y una disposición complejos, como la arquitectura o la planificación urbana, exige pensamiento visual. Las personas que trabajan en estos campos dependen de su capacidad para presentar ideas en forma de diagrama. En una escala mucho más pequeña, si estás planeando un día al aire libre y necesitas llenar una cesta de picnic, tendrás que visualizar cómo colocar la comida, los platos y los utensilios en el espacio reducido antes de empezar a cargar.
Factor de reconocimiento
Algunas personas tienen la suerte de tener estas habilidades, otras necesitan esforzarse más para agudizar esa área del cerebro. Pero hay formas en las que se puede desarrollar la inteligencia visual y espacial. Lo primero que tiene que hacer el cerebro con la información visual es reconocerla.
Objetos superpuestos
A continuación se muestran varias imagenes cada una con tres objetos superpuestos. ¿Puedes adivinar qué son esos objetos en cada imagen?
¿La cabeza de un camello?
¿La figura te dice algo? ¿Podría ser la cabeza de un camello o la cabeza de otro animal?
Si reconociste África inclinada 90 grados en sentido contrario a las agujas del reloj, enhorabuena: eres una minoría. Pero si no, no te preocupes: no mucha gente identifica al instante las formas que se han inclinado en dirección contraria a su eje normal.
Rastro de comida
En la antigüedad, la inteligencia visual solía ser mucho más importante para la supervivencia que la inteligencia verbal. Por ejemplo, la capacidad de deducir que las huellas de los animales pueden conducir a la comida es un rasgo humano que se desarrolló durante esa época.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario