Desmitificando la Creatividad

¿Qué queremos decir con creatividad? Fundamentalmente, es una mezcla de pensamiento original, perspicacia, ingenio e innovación. Naturalmente, algunas personas nacen con una mayor tendencia a explotar su creatividad (nótese cuántas veces el talento artístico y musical parece ser hereditario), pero gran parte de eso es resultado del estímulo y la oportunidad. Un modelo positivo siempre ayuda. Entonces, si por alguna razón cree que no es creativo, tal vez sea la creencia negativa la que lo está frenando, o la falta de estímulo, en lugar del nivel de su aptitud creativa.


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Los genios creativos


¿De dónde viene este espíritu creativo? Las imágenes de los poetas románticos ingleses Shelley y Byron haciendo una pose heroica en el tejado en medio de una tormenta eléctrica han seducido al mundo a creer que toda inspiración llega como un rayo. Tal vez sea dramático, pero nada más lejos de la verdad. Es posible que Arquímedes haya saltado de la bañera y gritado “¡Eureka!”. En el momento en que descubrió cómo calcular el volumen de un objeto de forma irregular, pero estamos bastante seguros de que había visitado la casa de baños con bastante frecuencia antes de llegar a ese momento decisivo. Mozart escribía sinfonías a una edad sorprendentemente joven, pero ¿se le recuerda por alguna de esas primeras composiciones? Por supuesto que no, porque tuvo que cumplir su aprendizaje antes de poder cumplir con su indudable genialidad. ¿Y cuántos teoremas impracticables ideó Einstein antes de pensar en su teoría de la relatividad? La verdad del asunto es que, sea cual sea el genio creativo que se le ocurra, puede estar seguro de que su creación no solo requirió de mucha capacidad intelectual, sino también de práctica y paciencia.


Los engranajes de la creatividad


La creatividad no es un rayo de luz, sino un proceso, una serie de pasos progresivos que conducen al momento mágico del “¡Eureka!”. El psicólogo social Graham Wallas elaboró ​​uno de los primeros modelos del proceso creativo en 1926, al proponer que el pensamiento creativo pasa por cuatro fases distintas:


1. Preparación: el período de investigación, cuando se reúne y organiza la materia prima para estar en condiciones de iniciar el acto creativo.



2. Incubación: la etapa en la que se deja de lado el problema, permitiendo que la intuición, la emoción y la mente inconsciente reflexionen sobre él.



3. Iluminación: el momento en el que se presenta una solución, aunque en un estado preliminar.



4. Verificación: la fase final en la que se trabaja la idea hasta darle una forma que pueda probarse y comunicarse a los demás.



¿Hemisferio derecho = creatividad?


Por mucho que sea erróneo pensar que las personas creativas son sólo aquellas bendecidas con un genio innato, es igualmente erróneo pensar que todas las personas creativas tienen por naturaleza el hemisferio derecho del cerebro, mientras que todas las personas con el hemisferio izquierdo son analíticas y ordenadas. Las estadísticas podrían sugerir que las personas creativas tienden a tener un hemisferio derecho más dominante, pero eso no significa que el resto de nosotros no podamos ser creativos. La verdad es que todos tenemos la capacidad de ser creativos. De hecho, la creatividad florece mejor cuando se utilizan ambos hemisferios del cerebro. Como propone el modelo de Wallas, la creatividad no es un estado mental mágico, sino una serie de acciones que dependen también de la lógica y del pensamiento aplicado, procesos que en gran medida realiza el hemisferio izquierdo del cerebro. Es más, los escáneres cerebrales han revelado que durante el pensamiento creativo ambos hemisferios del cerebro comparten la tarea por igual. Así que, aunque es posible que haya oído historias de artistas que sintieron que un poder superior se apoderó de ellos durante un acto creativo, la ciencia se inclina más hacia la teoría de que las ideas novedosas se materializan cuando la imaginación y el análisis trabajan juntos. Por lo tanto, la creatividad es una cuestión de todo el cerebro y solo integrando las distintas facultades mentales se puede maximizar el potencial creativo que aún no se ha explotado. Puede desarrollar su capacidad de pensar de forma creativa aprendiendo algunas estrategias populares que se describen en las páginas siguientes.


La música como musa


Este es un ejercicio de calentamiento sencillo para que fluya tu creatividad. Escucha una pieza musical sin letra. Puede ser clásica, jazz, dance, de cualquier tipo, aunque cuanto más lenta, mejor, porque te ayudará a relajarte. Piensa en la historia que imaginas que te cuenta la música. Escríbela al final de la pieza, embellécela tanto como quieras; no te preocupes por la forma o la estructura.

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